Los billetes de dólar no tienen valor alguno, excepto en nuestra imaginación colectiva.
"Sólo se puede comerciar a través de la mediación de La Santa Corona", comuníquese a la Pinta, la Santa María y a todo aquel que dona.
Santo CIMEX de los doblones de oro. Estanco de lo que huela o no a tabaco. Para monopolizar en beneficio de un comunismo feudal que limpia su cocina con tus trapos.
El arte de cocinar con ingredientes robados. Numismática clasista. Prohíbes el dólar. Que el pueblo resista.
Presión a la olla. Centavo al vapor. Liberas el dólar. Qué clase' calor.
Cobrar en centavos. Marchar en centavos.
Subdividiendo al criollo de a peso. Canjeando la riqueza -que constitucionalmente les correspondería a todos- por un dólar travieso. Que se libera, que se prohíbe. Que a los mismos de siempre llega y sonríe.
Aprendimos a adorar a cada uno de los héroes enmarcados en los billetes. El olor a grillete.
La vecina que sueña con freír los huevos que una vez tiró contra el que envía el USD intermitente.
¡Ay, Dolores! Liberar o no al dólar, pero liberar a la gente. Incluyendo a aquellos que aún resisten con una estrella de a peso incrustada en la frente.
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