La libélula sugería que el río fluyese al ritmo de cada aletazo.
"No puedes parar de volar a tan baja temperatura"- mientras los témpanos comienzan a fundirse unos contra otros.
"Ya podemos caminar de un lado al otro, en cualquier sentido."
"Ya no hay río; no tiene sentido construir un puente sobre hielo sólido."
La libélula no estaba en lo cierto. Alguien es capaz de estarlo.
Nadie lo está.
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