Isla perdida. Donde una minoría invierte papel periódico en obstruirse los oídos.
Desaparecería la crisis tras adoptar de forma unánime la vibración del sonido que apesta. Recalcular la frecuencia, amplitud y longitud de onda como prefiera la plebe. Resquebrajar el modelo mecánico. Tornarlo corpuscular. Garantizando emisión/recepción de partículas firmes y pegajosas. Notas de mugre en el aire. Rico y sabroso. Dime qué escuchas y anunciaremos si gozas del sonido correcto, que el comuneo va en serio.
Danzagrama colectivo. El 99% somos nosotros. La vida es recreo. Dándole sabor a lo que huela a serenidad, meditación y silencio.
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