Manejamos con facilidad las cifras relativamente pequeñas. @aylinita recuerda todo número telefónico de hasta 8 dígitos, yo memorizo las once unidades de mi carnet de identidad y tú sabes bien qué día es hoy, cuánto falta para el cobro y el total de productos a recoger antes de la fecha de vencimiento programada para tu bodega.
Pero si aceleras el reloj, sincronizas el diario y calculas por cuánto van las bajas en cualquiera de las guerras, comenzarás a esquivar todo lo que te perturbe la mente a partir de las decenas.
La condena de los números es el olvido. Antes podía recitar de memoria casi todos mis posts cuando el reproductor de estruendos indicaba un -1% de (des)carga eléctrica. Pero a medida que un blog se alarga, cuesta más y más acordarse de lo que hay escrito en él. De los títulos, paráfrasis, hipervínculos y demás caracteres tecleados a lo bestia.
666, ¡maldito número! Tendré que reducir al absurdo todo lo que roce el intervalo de confianza otorgado por quienes lo profesan.
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