Tanto Egipto por recorrer... y nosotros aquí: detenidos en un ardid tropical que vanea inexpugnable sobre las ecuaciones del espacio-tiempo.
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Tanto Egipto por recorrer... y nosotros aquí: detenidos en un ardid tropical que vanea inexpugnable sobre las ecuaciones del espacio-tiempo.
1 notas:
A veces pienso y hasta llego a creerme, que París no existe. ¿Las Pirámides tampoco? Son espejismos de nuestra ansiedad.
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