Obsesionados con los recipientes de agua, me visitan cada semana para contar los tanques del patio y volver a firmar mi copia del Modelo 91-09 del MINSAP, dedicado a la lucha antivectorial.
Hasta el momento no han detectado ningún Aedes en mi vivienda, pero vuelven a encender el motor del cachivache de fumigar. El pestilente humo con sabor a petróleo mata moscas y cucarachas. Y su denso color blanco oculta las huellas de fango que traen los inspectores con sus botas, tras cruzar el río de fosa que recorre las aceras de lado a lado. Ése que aún no existe en los informes de sanidad.
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