Difícilmente, nuestros antepasados habrían aceptado que varios de sus hijos y nietos pasaran casi la mitad del tiempo frente a aparatos inmóviles que emiten luz, exponiéndose a problemas visuales y osteomusculares.
Pues ya que se ha insistido en molestar a las demás personas, a ciertos usuarios y hasta a nosotros mismos, implementemos métodos efectivos contra la máquina computadora que tengamos delante:
Comprando una con nuevas prestaciones.
Presionando a la vez 101 (o 102) teclas.
Alojando un método de reinicio en la secuencia de arranque del sistema.
Cortocircuitando algún puerto USB.
Programando un virus multiplataforma de influenza digital tipo A.
Desconectando en caliente todos los cables y tarjetas, excepto el monitor para ver lo que ocurre paso a paso.
Tarareándole una canción antes de fregarla con agua y detergente.
Exponiéndola al Sol durante 12 horas.
Volver a encenderla para detectar alguna molestia.
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