Este título me es cómodo, y hasta cierto punto hilarante. De otro modo no sé como hubiese podido escribir sobre lo que todo el mundo comenta.
Husmeando el futuro desde unos días atrás, me hubiera gustado ver mi primer artículo del año 2009 colmado de eventos, divididos cronológicamente o por categorías. Pero fueron muchos los que se me adelantaron.
Por consiguiente, he tenido que invertir buenos intervalos de tiempo en hojear todo tipo de análisis y profecías... quizás hasta el punto de atiborrarme. Basta con hacer clic en el primer resultado de búsqueda de Google sobre el año que comienza, para sentir mareo sobre un caudal de acontecimientos.
Sin dudas el 2009 será intenso.
Me gustaría destacar su nominación como Año Internacional de la Astronomía, del cual espero que al menos concluya convenciendo a algunas personas de que:
El estudio del Universo es un viaje para auto descubrirnos.
Según Carl Sagan "somos polvo de estrellas", pero hemos alcanzado tales sueños de grandeza que en septiembre algunos podrán vivir en un edificio de casi 1 km de altura.
Además, algunos podrán comenzar a sentir el rendimiento de un microprocesador octo-core, la emoción -que aún no comparto- de una nueva entrega de Harry Potter y el posible regreso de los dinosaurios de Spielberg -ojalá no sea tan irritante como el de Indiana Jones.
Mientras tanto, espero con ansias el nuevo álbum conceptual de Sepultura, la promesa de Marilyn Manson, la de Alice in Chains, el segundo 1234567890 del 13 de febrero, un Ubuntu 9.04 más veloz, votar por los resultados del proyecto 10100 y, por supuesto, el cumplimiento de las más sanas espectativas de los norteamericanos -y del resto de los ciudadanos del mundo- por parte del nuevo presidente de los EE.UU.
Y aunque debiera, no voy a referirme a lo que nos debe el Estado a los ciudadanos cubanos. Durante años he anhelado el pleno acceso a Internet, la libertad de viajar y ser correspondido económicamente por los resultados de mi trabajo.
No creo que durante el 2009 mi pueblo reciba una mejora sustancial. Posiblemente continuemos siendo privados de cosas con las que seguramente en los próximos 12 meses no pararé de soñar.
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