Desde muy pocos puntos de la Ciudad de La Habana se puede tener pleno acceso a Internet. Una minoría, entre estos, dispone de la suficiente velocidad de conexión para llegar a descargar el contenido de un CD en un tiempo considerable. Por ello, al ciudadano común se le hace bien difícil instalar/actualizar cualquier distribución GNU/Linux.
El miércoles pasado me atreví a instalar la nueva versión de Linux Ubuntu: Intrepid Ibex (8.10), que se liberó hace poco más de 15 días. Pude conseguir la imagen ISO gracias a mi amigo lordmckill, que la descargó el día siguiente de su lanzamiento. Y digo: "me atreví", porque es habitual esperar a que pase alrededor de un mes para que se estabilice un poco la nueva distribución. No obstante, hace mucho que las esperadas mejoras del GNOME 2.24, del NetworkManager 0.7 y el upgrade al kernel 2.6.27 despertaron toda mi curiosidad.
Cuando terminó de cargar el LiveCD del Intrepid Ibex, lo primero que descubrí fue que el sistema reconoció mi tarjeta gráfica ATI Mobility Radeon 9700 a través de un controlador no propietario, para sorpresa mía. Esto no sucedía en versiones anteriores, ocasionando serios problemas de compatibilidad con Compiz Fusion, que llegaron a consumirme varias horas para hacer levantar el dichoso composite.
Tras examinar las pestañas del nuevo Nautilus y la herramienta para alojar Ubuntu en discos USB, inicié el proceso de instalación en mi portátil. Como siempre, creo una partición swap de 1 Gb (igual a la cantidad de RAM que dispongo) para hibernar sin contratiempos. Al directorio raíz esta vez le asigné sólo 5.7 Gb, pues me propuse no instalar nada que utilizara bibliotecas KDE, para optimizar recursos y mantener lo más rápido posible el tiempo de carga del sistema. Es decir, mantendré una experiencia GNOME (en lo que respecta a la GUI) al menos durante los próximos 6 meses. El resto del espacio del disco se lo asigné a /home.
Me causó muy buena impresión los cambios al applet NetworkManager, con su sistema de "perfiles" de red, a pesar de que se me desconfiguran los parámetros de las conexiones cuando reinicio Ubuntu. Confío en que sea un problema ya resuelto para cuando acceda a los repositorios y actualice todo el sistema -quizás a mediados de la próxima semana. Después de dicho momento me decidiré a comenzar a escribir la segunda parte de esta nota.
Por último, me gustaría destacar que esperaba ver incluido con el Intrepid el OpenOffice.org 3.0, aunque los chicos de Canonical habrán tenido sus razones para no haberlo hecho. De igual modo, un tema visual más innovador y refrescante habría tenido muy buenos efectos en los usuarios, así como la incorporación de los códecs gstreamer-ugly (para reproducir formatos propietarios, como MPEG y su Layer 3). Respecto a la ansiada reducción del tiempo de inicio del sistema, esperemos a ver qué sorpresa nos traen para el próximo abril con el Jaunty Jackalope.
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